Desarrollo de atención.
La atención del niño al comienzo de la etapa infantil, refleja sus intereses con relación a los objetos circundantes, a las acciones realizadas con ellos. El niño se concentra sólo mientras no decaiga su interés. El surgimiento de un nuevo objeto implica el traslado instantáneo de la atención hacia él. Por eso, los niños, raras veces, logran ocuparse de una misma cosa por tiempo prolongado.
Desarrollo de la memoria.
La etapa infantil se caracteriza por el desarrollo intenso de la capacidad de retención mental y reproducción. El período del cual se recuerdan las personas y acontecimientos en la etapa infantil aumenta de duración en un lapso relativamente largo. En realidad, si nos es difícil o casi imposible recordar algo de los acontecimientos transcurridos en la temprana infancia, no obstante, la etapa infantil se recuerda con profusión y claridad.
La memoria es básicamente de carácter involuntario. Esto quiere decir que el niño, con frecuencia, no se plantea ante sí el objetivo consciente de recordar algo.
La memoria es básicamente de carácter involuntario. Esto quiere decir que el niño, con frecuencia, no se plantea ante sí el objetivo consciente de recordar algo.
La calidad de la retención mental involuntaria de objetos, cuadros o palabras, depende de cuán activamente el niño actúe con relación a ellos, de la medida en que tenga lugar su percepción detallada en el proceso de la acción.
La retención mental involuntaria es un resultado indirecto, complementario de las acciones de percepción y de pensamiento realizados por el niño.
Desarrollo de la imaginación.
La imaginación del niño está relacionada, en sus orígenes, con el surgimiento de la función simbólica de la conciencia, que tiene lugar al final de la etapa temprana.
Si una línea de desarrollo va desde la sustitución de los objetos y por sus representaciones, al uso de los símbolos matemáticos, lingüísticos y de otros tipos y al dominio de las formas lógicas del pensamiento, otra línea consiste en el surgimiento y ampliación de las posibilidades de completar y sustituir las cosas, situaciones y acontecimientos reales por representaciones, de construir materialmente a partir de las representaciones acumuladas, nuevas imágenes.
Así en determinado período del desarrollo el niño comienza a contar cosas, a relatar experiencias, a expresar verbalmente ideas que, por su contenido, maravillan a los adultos por su extraordinaria fantasía.
En la etapa infantil la imaginación es aún pobre y fragmentada, y progresivamente va volviéndose más estructurada y organizada en la medida en que el lenguaje y el pensamiento van adquiriendo formas más complejas, y el niño acumula más vivencias y experiencias.
Recuperado de: https://es.123rf.com/photo_44360524_los-ni%C3%B1os-la-lectura-de-libros-con-imaginaci%C3%B3n-volar-los-ni%C3%B1os-la-lectura-de-un-libro-m%C3%A1gico-aislado-en-fondo-b.html
Recuperado de: https://www.diarioinformacion.com/vida-y-estilo/salud/2017/07/29/memoria-grande-memoria-chica/1921686.html
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